– leituras da alma da alma apresentada por Edith Stein e da totalidade psíquica por Jung
PRÓLOGO
Acercarse a la figura y al pensamiento de Edith Stein en este momento histórico que vivimos, es una hazaña necesaria de opción por lo más auténticamente humano. Entre las muchas facetas que caracterizaron la búsqueda incansable de la verdad en Edith Stein, destaca la necesidad de llegar a la comprensión y al fundamento de aquello que define la dignidad humana. Uno de los grandes retos que sigue teniendo la humanidad del siglo XXI es, precisamente, seguir ahondando y construyendo todo aquello que favorezca el verdadero bienestar y felicidad de todo ser humano.
Hoy hemos tocado fondo en tantos aspectos. Nos hemos dado cuenta de que el bienestar material no es suficiente para dignificar y dar sentido a una vida; hemos constatado, también, como las instituciones y las ideologías corren el riesgo de crear un sistema estanco de conceptos y de vida, convirtiéndose en dictaduras de pensamiento que no facilitan ni el diálogo, ni el desarrollo libre de la persona humana.
Siempre necesitamos volver al ser, a nuestras raíces, al fundamento de aquello que nos constituye como humanos y fortalece nuestra posibilidad de ser auténticos y felices. Sin duda, es uno de los objetivos inherentes a la doctrina de los dos autores que forman parte de este estudio. Y que con una perspectiva clarificadora y unificadora ha investigado la autora de este libro, la Dra. Soraya.
Y es que hablar del “centro más profundo” desde la perspectiva de Edith Stein, es acercarnos desde una visión antropológica, a uno de los grandes aportes de los místicos cristianos a la comprensión global de la persona humana y del desarrollo de su vida. El centro nos habla de esa nota única y propia de cada ser humano, que lo convierte en un ser único y especial, dándole un valor y una dignidad totalmente inalienables.
Ese centro, o cómo expresaría Edith Stein, “el alma del alma”, pone de manifiesto esa dimensión tan desconocida como esencial, al desarrollo armónico de la persona. Es el reto existencial de llegar a ser tú mismo, de desarrollar la propia individualidad como el gran aporte de cada ser humano en la construcción del mundo, de la sociedad, de la Iglesia.
El tema en sí, particularmente desde la perspectiva de la filósofa alemana, es más que sugerente. Remite a una cuestión de capital importancia en la comprensión antropológica, pero también teológica de la dinámica o proceso de humanización del ser humano. No solo en virtud de ahondar en una de las dimensiones que lo componen, sino porque evidencia que, necesariamente un proceso humanizador, un camino hacia la plenitud del ser persona, pasa necesariamente por el descubrimiento, recorrido y posicionamiento del individuo en su centro personal.
Ya solo este componente, que emerge con fuerza a lo largo de estas páginas, merece un claro reconocimiento, por la incidencia a todos los niveles de lo que podríamos denominar una justa comprensión de la persona, de la trayectoria de la vida hacia la madurez y plenitud, y de la centralidad en ese proceso del camino espiritual y místico. Estamos pues, tal como emerge a lo largo de todo el libro, frente a una cuestión central y de gran valor.
La figura de Edith Stein va cobrando cada vez más importancia: además de haber sido reconocida como santa mártir y nombrada patrona de Europa, ya está en proceso para ser declarada como Doctora de la Iglesia. Estos reconocimientos manifiestan la importancia del personaje, tanto en lo que fue su trayectoria vital y existencial, como en su reflexión, pensamiento y compromiso social y político. Toda su existencia y su implicación en la gran problemática de la sociedad contemporánea hacen de ella un paradigma para tener en cuenta en todos los ámbitos humanistas: ya sea desde la perspectiva antropológica y filosófica, como en el área del feminismo, del derecho, de la pedagogía, de la psicología, de la teología y de la espiritualidad.
Todos estos elementos, junto con la temática propia que se desarrolla en este libro, lo convierten en un trabajo original, novedoso y que abre unas nuevas perspectivas de diálogo y de investigación. Hay una clara perspectiva interdisciplinar que acompaña toda la investigación. Ello enriquece notablemente el desarrollo de este libro y la amplitud de las conclusiones o campos que se abren. Pero, además, nos adentra en una cuestión de capital importancia en la antropología, y que no puede ser esquivada sin más: el espacio interior del ser humano es mucho más complejo y se adentra en la inefabilidad del misterio que puede intuirse, narrarse, pero no agotarse en su inmensa riqueza.
El acercamiento, tanto a la perspectiva biográfica como doctrinal enriquece el panorama de este estudio, ofreciendo al lector muchos puntos de conocimiento y de comprensión del personaje, y en relación concreta con Edith Stein, se resalta que su preocupación filosófica y antropológica, no es una simple teoría más, sino que surge en contacto directo con la realidad y su problemática, son su búsqueda personal y su preocupación por fundamentar y entender las relaciones intersubjetivas.
El lector puede estar seguro de que estas páginas no solo le pueden aportar conocimientos, sino abrirle perspectivas de desarrollo de su propia humanidad, porque nos ofrece una mejor comprensión de lo que en definitiva somos. Y esto será de gran ayuda en el desarrollo y madurez de la persona en su anhelo de ser verdaderamente feliz y libre.
Francisco Javier Sancho Fermín
Universidad de la Mística
Ávila – España, abril de 2023
Prof. Dr. Francisco Javier Sancho Fermín, OCD – Universidad de la Mística, Ávila – España. Eq. de tradução das OC de Santa Teresa Benedita da Cruz (Edith Stein), do alemão para o espanhol. Ed. Monte Carmelo
PREFÁCIO
Edith Stein e C. G. Jung: aproximações
A proposta desse volume de trazer comparações do pensamento da filósofa husserliana e monja carmelita descalça Edith Stein com o pensamento de C. G. Jung é das mais interessantes. O caminho que Soraya Ferreira escolheu de aproximar essas duas experiências é digno de atenção, pois os dois autores trilharam caminhos que por vezes se aproximaram bastante, sem serem idênticos. Jung o fundador da psicologia complexa, foi talvez quem mais tenha se interessado pela espiritualidade e experiência religiosa nos aprofundamentos da psicologia profunda. Sua perspectiva, entretanto, nunca foi teológica, mas estritamente fenomênica, i.e, a experiência religiosa foi sempre vista por ele como evento psicológico em si, importante objeto de estudo para o psicólogo.
A espiritualidade foi compreendida por Jung como um verdadeiro instinto, uma necessidade psicológica fundamental do ser humano. Como exemplo da presença radical da espiritualidade na psique humana podemos lembrar o ato ritual de sepultamento tomado pela arqueologia e antropologia como sinal inequívoco de consciência e início de cultura. O sepultamento ritual indica a presença de uma crença em vida post-mortem, uma atitude mitológica e espiritual. Em certos sepultamentos em culturas paleolíticas, os mortos foram sepultados em posição fetal, uma possível indicação na crença em um renascimento post-mortem.
A autora descreve que a filósofa, católica e monja do Carmelo descalço Edith Stein – Teresa Benedita da Cruz concebeu a alma humana como uma realidade espiritual que possui múltiplas dimensões, incluindo uma divina. Para Edith Stein o centro mais profundo da alma é o local onde Deus habita e se revela ao ser humano, através da Graça e do Amor. Stein chamou esse centro mais profundo de Alma da Alma. Esse centro é o núcleo da personalidade, a verdadeira identidade e vocação de cada um. Também para ela, a busca pela Alma da Alma é um caminho que leva à união mística com Deus. Vê-se nessa abordagem de Stein, quando Deus deve ser encontrado no Centro mais profundo da alma, na Alma da Alma, uma aproximação importante com o pensamento de C. G. Jung. O psicólogo suíço de mesma forma coloca como a instância mais significativa em sua psicologia o arquétipo do Si-mesmo (Selbst) que é ao mesmo tempo, o Centro e a totalidade consciente e inconsciente da psique. O Si-mesmo junguiano pode ser visto como a pedra de toque de sua psicologia, seu elemento fundamental. Podemos ver aqui importantes aproximações com o Centro mais profundo da alma em Stein.
Para Jung a vida de todas as pessoas é regida por um processo de atualização de conteúdos que existem in potentia no Si-mesmo já ao nascimento. Durante toda a vida esses conteúdos são atualizados. Como reza a bela epígrafe de sua autobiografia : Minha vida é a estória de um inconsciente que se realizou. A expressão “de um inconsciente que se realizou” difere de “do inconsciente que se realizou.” Isso é, a atualização do inconsciente de Jung é única e se expressa só nele, como se fora sua impressão digital única, sendo expressão de seu processo de individuação. Para Jung a importância da atualização do potencial inconsciente do Si-mesmo ao nível do eu consciente conferem ao eu consciente não somente uma natureza de reflexão, mas uma própria natureza espiritual. A esse processo de atualização no eu Jung denominou o Mito do Significado, e deu a esse Mito uma importância essencial em sua psicologia. Para Stein também o Centro mais profundo da Alma é o centro da personalidade, a verdadeira identidade de cada um. Podemos ver aí uma aproximação significativa entre os dois pensadores.
Ao afastar-se de Freud e da assim-chamada escola de Viena Jung criticava a noção de Freud do inconsciente, para ele um mero repositório de conteúdos recalcados, incompatíveis com a atitude consciente. Mas Jung falava da chamada primeira tópica de Freud, onde a estrutura mental era vista como sendo composta de consciente, préconsciente e inconsciente. Na 2ª tópica a organização mental proposta por Freud é a conhecida por Id (Isso), Eu e Super-eu. Nessa última versão, o Id é visto como uma estrutura anterior à consciência, não um epifenômeno dela como o inconsciente na primeira tópica, não o fruto de conteúdos recalcados. Mas Freud sempre descreveu o Id como um “feixe de pulsões sem direção.” Já o Si-mesmo de Jung é um todo pré-ordenado à consciência, um centro que organiza a totalidade da psique em direção a uma meta final. Jung chegou a essa colocação observando diversos fenômenos emergindo do inconsciente, sem controle consciente, como série de sonhos e fantasias que sempre apontam para esse vir a ser, a atualização dessa totalidade em busca de realização.
No tocante à espiritualidade e ao fenômeno religioso, Jung compreendia o arquétipo do Si-mesmo como sendo o equivalente psicológico à crença universal na existência de um Deus. As influências principais de Jung para a postulação de um arquétipo do Si-mesmo foram o pensamento de Nietzsche, em especial sua obra Assim Falou Zaratustra e a tradição bramanista oriental, com seu conceito de atman, “o menor que pequeno e o maior que o grande.” Isto é, o atman é visto na tradição hinduísta como a identidade mais profunda, diferente do eu consciente e ao mesmo tempo idêntica ao atman universal.
As primeiras formulações de Jung sobre o Si-mesmo emergiram durante a escrita do seu agora famoso Livro Vermelho, publicado pela primeira vez em 2009, embora tendo sido escrito em 1913-1917. A ideia surge criativamente em forma de devaneios e fantasias durante a escrita do livro, mas só é completamente formulada de uma forma psicológica em sua obra Tipos Psicológicos, de 1921. Mais tarde, durante toda sua obra teórica Jung irá se interessar por vivências de místicos de diversos grupos e orientações desde os gnósticos até os místicos medievais que tiveram a experiência espiritual do Si-mesmo de forma não canônica, original, fugindo às normas tradicionais da Igreja. Assim foi com Mestre Eckhart, Jacob Boehme, Nicolau der Flüe, o único santo suíço canonizado, Ângelo Silesio e muitos outros. Esse último, Ângelo Silesio, escreve no poema de orações O Peregrino Querubínico evocações que nos interessam bastante nesse contexto:
Sei que sem mim Deus não pode viver um só instante,
Se eu perecer, deverá necessariamente entregar o espírito.
Sem mim, Deus não pode criar um verme sequer:
Se com ele eu não compartilhar, destruição será seu fim.
Sou grande como Deus, pequeno Ele é como eu:
Não pode estar acima de mim, nem eu abaixo Dele.
Deus é fogo em mim e eu sou dele a claridade:
Não estamos unidos no âmago?
Silésio, O Peregrino Querubínico, apud Jung, C. G. OC 06, §476 e ss.
Essa percepção da existência de Deus como um compartilhamento entre a consciência humana da consciência divina, retira o homem de sua posição tradicional de um ser criado como os outros por uma divindade superior. A consciência humana tem nessa percepção uma função de cocriadora do mundo juntamente com a divindade. Deus
emerge das profundidades da alma humana como uma realidade psicológica em si, o arquétipo do Si-mesmo. No belíssimo poema de Silésio, expressão de uma realidade vivida, ecoam as dimensões da Alma da Alma ou do Si-mesmo, representantes da realidade divina na psique humana.
Referência
Jung, C. G. Tipos Psicológicos. (1921/2011) O.C. 6. Petrópolis: Vozes.
Walter Boechat
Rio de Janeiro, agosto de 2023.
Prof. Dr. Walter Boechat – UFRJ. Diplomado pelo C G Jung Institut Zurich – Universitat Zurich . Revisor técnico das traduções para o português das obras de C. G. Jung: O Livro Vermelho: Liber Novus e os Livros Negros: cadernos de transformação.
Posfácio
É com imenso prazer que vejo a obra da psicóloga e doutora em Ciências da Religião pela PUC Minas, Soraya Cristina Dias Ferreira, vir à tona: “O Humano a caminho de um centro mais profundo: leituras da alma da alma apresentada por Edith Stein e da totalidade psíquica por Jung. E como o leitor já pode ter percebido, é uma obra de grande envergadura, que trata de forma profunda e com riqueza de detalhes o pensamento de dois autores significativos de nosso rico e sofrido século XX: Carl Gustav Jung e Edith Stein (Teresa Benedita da Cruz). Mais que isto: ela “adentra” o pensamento e a alma destes autores dentro do possível, procurando percorrer seus passos, seus sentidos e concepções. Mas não apenas a partir de uma perspectiva teórico-conceitual, também importante e que Soraya o faz com maestria. Ela igualmente quer “passear” por estes campos profundos, imensos e imersos. E nos convida a fazer o mesmo. Entrarmos nas almas destes autores e, mais ainda, entrarmos em nossas almas de igual maneira, em busca de nosso “centro mais profundo”. É esta a grande travessia, já afirmada por Carlos Drumond de Andrade anteriormente:
Restam outros sistemas fora
Do solar a colonizar.
Ao acabarem todos
Só resta ao homem
(estará equipado?)
A dificílima dangerosíssima viagem
De si a si mesmo:
Pôr o pé no chão
Do seu coração
Experimentar
Colonizar
Civilizar
Humanizar
O homem
Descobrindo em suas próprias inexploradas entranhas
A perene, insuspeitada alegria
De con-viver.
(DRUMOND, 2001, p. 83).
Chegar à totalidade psíquica ou vivenciar rico processo de individuação é meta para todo ser humano. De igual maneira, atingir a alma da alma. Num mundo com diversas crises emergindo, da climática à ecológica; das diversas guerras experimentadas e vividas por tantos seres humanos às muitas misérias com que podemos nos deparar cotidianamente, a descoberta do humano em seu profundo centro é um caminho fundamental de resgate da dignidade e da felicidade que o viver nos convida a realizar.
Como seu orientador durante boa parte de seu doutorado, pude acompanhar toda a sua produção. Aliás, mais que produção, sua tessitura, pois foi sendo tecida aos poucos, linha a linha, de maneira bem refletida, não abrupta, mas com o cuidado que cada palavra, cada expressão, cada conteúdo merece. Esta é uma das características de Soraya: o seu cuidado com a precisão, a clareza e o significado de cada conceito utilizado. Como estudante do Programa de Pós-Graduação em Ciências da Religião (PPGCR) da PUC Minas (PUC MG), fez seu mestrado (2011) e doutorado (2020), cujo resultado é a obra que se tem em mãos. Desde sua entrada no PPGCR, destacou-se por seu envolvimento, seriedade e intensidade em sua busca pelo conhecimento e aprimoramento. Ela é membro de grupos de pesquisa reconhecidos pelo Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq): Religião, Pluralismo e Diálogo (REPLUDI), da PUC Minas, e do GT Aion, de estudos Junguianos.
Por isto tudo, só me resta desejar que, ao término desta leitura, também sejamos imbuídos de cuidado, de significado e de beleza! E à Soraya, agradecer por sua contribuição ao conhecimento sobre o Humano e desejar que continue em sua produção de conhecimento e difusão do mesmo como serviço e enriquecimento às pessoas.
Referência
ANDRADE, Carlos Drumond de. A palavra mágica. Rio de Janeiro: Record, 2001, p. 81-83.
Prof. Dr. Carlos Frederico Barbosa de Souza – PUC Minas / PPGCR.
